Amo tu mirada,
porque a diferencia
de tu lengua gitana
tiene la deferencia
de ponerme al corriente
de todo cuanto piensas,
de todo cuanto sientes,
de todo cuanto sueñas,
de todo cuanto mientes,
de todo cuanto tramas,
de todo cuanto tejes,
de todo cuanto extrañas,
de todo cuanto mueres...
Amo tu mirada,
porque harto elocuente
siempre te delata:
Si risueña... algo te divierte,
si torva... algo te incomoda,
si mustia... algo te entristece,
si chispeante... algo te apasiona,
si seductora... algo pretendes,
si turbia... algo te acongoja,
si atónita... algo te sorprende,
si soñadora... algo te enamora.
Si, amado mío,
amo tu mirada:
profunda... como un abismo,
hialina... como el río Alba.
© María José Rubiera Álvarez
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