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La espada de Damocles

No es nueva esta amenaza
que pende sobre la vida,
esta espada de Damocles
–filosa y despiadada–,
que gusta de ser blandida
por las huestes de la Parca.

No provienen del presente
los enquistados horrores
que por doquier se extienden,
ni los fingidos clamores,
aspavientos y sollozos
de las viejas plañideras:
vienen de tiempos remotos,
de oscurantistas épocas
en que implorar libertad,
ejercer el albedrío
–el derecho a pensar–
era incurrir en delito
y ser pasto de la pira;
y exánime el cuerpo,
mudado ya en ceniza
quedar a merced del viento.
No existe desemejanza
–al menos no palmaria–
entre el lejano pretérito
y la época actual.
Nada hay nuevo bajo el cielo,
que no hubiera lugar
en el transcurso del tiempo:
todo tiende a sucederse
–milenio tras milenio–,
hasta la eternidad.

© María José Rubiera Álvarez

2 comentarios:

Bárbara Himmel dijo...

Muy bueno leerte. Te abrazo y me alegra saberte bien!!

María José Rubiera Álvarez dijo...

También me alegra saber que estás bien, querida amiga. Agradecimientos por la visita y el comentario. 😘