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Nacidos para morir

Hoy, dando rienda suelta
al cúmulo de sentimientos
que bullen en nuestro interior,
más que en ningún otro momento
trémulo el corazón,
húmedas de emoción las pupilas,
los labios pletóricos de besos,
arreboladas las mejillas...,
dándole vía libre al amor
uno al otro nos entregaremos
en cuerpo, alma, mente y pensamiento.
Y digo hoy, porque mañana
– ¡cuán lejano suena el vocablo!–,
mañana... quizá sea demasiado tarde:
viajeros de paso en la Tierra,
algún día partiremos
para nunca regresar... ¿o sí?
¿Morimos para renacer
una y otra vez, sin descanso ni fin...?
¿Adscritos los egos
al círculo de la vida y la muerte
rondan los mausoleos
en que yacen los descarnados huesos
de aquellos finados que alentaron
su desmedido egoísmo...?
¿Nos será posible algún día
dilucidar el enigma de la vida...?
Sea cual sea la respuesta,
nacidos para morir
no queda sino asumir
que somos hoy,
y mañana no seremos.

© María José Rubiera Álvarez




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